Para empezar, quiero destacar que
desde que me inscribí, la propuesta de este curso me resultó muy interesante. La
temática de la evaluación, especialmente (pero no solo) en los entornos
virtuales me despierta inquietudes e interrogantes. En Taller de Expresión 1,
nos sucede que, en los prácticos, desarrollamos una modalidad de evaluación
centrada en los procesos que transitan los estudiantes, a partir de la
conformación de carpetas de trabajos, reescrituras y tareas por proyecto, pero
esta dinámica de trabajo contrasta y choca un poco con lo que ocurre en el
ámbito de teóricos, con modalidad de clase magistral y parciales presenciales
más tradicionales.
La bibliografía del módulo me
gustó, comparto muchas de las perspectivas de los autores y comparto su mirada
crítica. Por ejemplo, en Barberà hay una reflexión acerca de la
multidimensionalidad de la evaluación (del
aprendizaje, para el aprendizaje, como aprendizaje, desde el aprendizaje), que es interesante para pensar cuándo puede
dejar a los estudiantes y a los docentes el pasar por una instancia de
evaluación, más allá de una nota y de la acreditación formal de una materia.
Creo que es fundamental pensar en modalidades de evaluación que sean
experiencias de aprendizaje constructivas por sí mismas.
Me interesó también la idea de Barberà de
cerrar el diálogo evaluativo, permitiendo que los estudiantes hagan una
devolución acerca del feedback y correcciones que recibieron en sus trabajos y
exámenes (y es verdad que existen muchos casos en los que los estudiantes no
encuentran más comentarios en sus trabajos que una nota, sin poder identificar
a qué se debe esa calificación). Y me
sentí muy identificada con el quinto enfoque para abordar la evaluación desde
las TIC que propone Lipsman (donde se
usa la tecnología para transparentar los procesos cognitivos de los estudiantes),
creo que se identifica con lo que nosotros hacemos en taller, buscando
visibilizar un recorrido y un proceso de aprendizaje y pidiendo
sistemáticamente que los estudiantes reflexionen sobre ese trayecto. Creo que
hay una tensión entre estas modalidades de evaluación más innovadoras y
centradas en el estudiante y los requerimientos institucionales para certificar
la aprobación de una asignatura, que instituyen la necesidad del examen parcial,
de la calificación. Parecería que la asignatura seria, rigurosa, es la que
introduce este tipo de instancias formales de evaluación, generando el tipo de tensiones que encontramos nosotros en el taller, donde la modalidad de trabajo de las clases y la propuesta pedagógica de la materia se contradicen con ciertas propuestas evaluativas.
Hola,
ResponderEliminarMe parece muy interesante el trabajo que realizan en el taller de expresión 1, porque realmente centra al estudiante sobre su propio proceso de aprendizaje.
Coincincido con vos sobre la perspectiva de Barberá de establecer un dialogo cerrado de evaluación que permita el desarrollo de un feedback entre docentes y alumnos y transforme a la evaluación en una herramienta multidimensional de aprendizaje.
Sí, lo del cierre del diálogo de Barberá, suma al profesor en cuanto a obtener esa respuesta sobre la ayuda dada al alumno y así "adaptar y readaptar de manera progresiva el conocimiento ajustándolo de modo concreto" es una idea muy útil al momento de evaluar facilitado por los entornos virtuales y la interacción.
ResponderEliminarQuerida Emilia,
ResponderEliminarMe interesó particularmente el trabajo que realizás en tu taller, siendo profesora de una lengua extranjera encuentro varias falencias de parte de los alumnos a la hora de interpretar un texto. Y concuerdo con el hecho de que el trabajo colaborativo, el uso de las nuevas tecnologías y el feedback entre docentes y alumnos podrán ayudar a desarrollar un pensamiento crítico y constructivo. cariños