jueves, 28 de noviembre de 2013

Rúbricas - Autoevaluación

Cuando leí la bibliografía referente a rúbricas, la primera cuestión que me vino a la mente fue que los textos hacían demasiado foco en las fortalezas o ventajas de las rúbricas y no tenían en cuenta sus debilidades o desventajas.

Venía ya comentando que, desde el Taller, nos ocurre que a nivel de cátedra existe una especie de grilla (no exactamente  una rúbrica, pero una herramienta similar) para orientar a los estudiantes a la hora de realizar devoluciones sobre textos a sus pares. En nuestra comisión no solemos usarla ya que lo que tiende a generar es que los estudiantes evalúen “completando el cuadrito”. De esta manera, por un lado, pierden la visión global del texto y, por otro lado, no ponen su  devolución en palabras.

Creo que redactar un buen comentario a un texto presenta desafíos para todos: tenemos que pensar qué decir y cómo decirlo: tenemos un cuidado en la forma en la que interpelamos al otro, habitualmente se empieza por señalar las fortalezas del texto, mientras que las dificultades suelen presentarse en el formato de interrogantes, se sugieren lecturas, etc. Todo eso se pierde cuando uno simplemente completa una grilla.

Por otro lado, como bien me comentaba Javier, la pertinencia del uso de una determinada rúbrica depende de los objetivos que nos planteemos a la hora de evaluar. En este caso, creo la principal dificultad es que  la grilla propuesta hace demasiado foco en cuestiones de la superficie textual (coherencia, ortografía, puntuación) que, si bien son importantes y necesarias, no son lo principal que miramos en el taller, porque en algún puesto se lo da por hecho. Por supuesto, existen estudiantes que tienen problemas con estas cuestiones y en ese caso, se les sugiere que revisen la normativa, refuercen la revisión del texto, pidan ayuda a compañeros más expertos, etc. Pero no explicamos normativa en el taller. Y sí, en cambio nos vas a interesar mucho más mirar cuestiones como la construcción del enunciador o del tono en el texto, el manejo de la intertextualidad, en fin, aspectos que van más allá de la escritura de un texto “correcto”.

Sin embargo, creo que las rúbricas presentan dos características interesantes. Por un lado, obligan al docente a hacer un ejercicio metacognitivo (¿o “metaevaluativo”?), al obligarnos a reflexionar y a poner en palabras cómo evaluamos y qué criterios tomamos en cuenta. Y, a la vez, hacen explícitos estos criterios a los estudiantes, ayudándolos a producir mejores trabajos en la medida en que se clarifica qué constituye un buen trabajo para su docente.


Ya que la grilla que actualmente tenemos en taller no refleja nuestros criterios de evaluación, pienso que podríamos proponer a la comisión el ejercicio de construir entre todos, colaborativamente, una rúbrica que dé cuenta de los aspectos que tenemos en cuenta al evaluar un texto. Creo que sería una actividad interesante desde el punto de vista metacognitivo, que serviría para que todos alinéaramos nuestras expectativas acerca de qué cuestiones contemplar al redactar un comentario o una devolución. 

Una consigna, dos rúbricas


Para la actividad 3B (Comentar la rúbrica de otro cursante), decidí comparar mi rúbrica con la de Pablo Mieres. En cuanto a los rasgos generales, ambos empleamos una variedad bastante amplia de categorías (Pablo utilizó 7 categorías, mientras yo distinguí 9) y utilizamos cuatro grados para la evaluación. Muchos de los criterios que empleamos son semejantes (básicamente, iguales, pero con denominaciones o matices diferentes), aunque ambas presentan algunas particularidades que las distinguen.

En cuanto al aspecto de la expresión oral, Pablo englobó bajo el título “Lenguaje corporal y emocionalidad” rasgos semejantes a los que yo propuse en las categorías “Expresión oral” y “Fluidez”, aunque esta denominación le da una preponderancia al aspecto emocional que yo no tuve en cuenta, mientras que él no evalúa la cuestión de la fluidez de la presentación de manera explícita. Además, Pablo incluye como categoría “Volumen, tono de voz y pausas”, que yo en cambio no consideré. Un aspecto interesante de la rúbrica de Pablo es que tiene muy presente al auditorio, al incluirlo en dos criterios de evaluación (“Atención del auditorio” y “Espacio de participación del auditorio”). Particularmente, la decisión de evaluar las posibilidades de interacción del auditorio que propone la presentación me pareció interesante y acertada. Es  uno de los aspectos que me gustaron más de la rúbrica y, si tuviera que revisar la mía, me gustaría incorporarlo.

 El criterio “Organización” que propone Pablo podría ser equivalente de “Claridad y organización de la presentación”. En mi caso, había pensado que sumar el componente de “claridad” equivalía a enfocarse un poco más en la audiencia, al evaluar qué tan comprensible resultaba el ordenamiento de la presentación para el espectador. También es equivalente su categoría “Dominio del contenido” con la que yo denominé “Contenido”. Por otro lado, Pablo incluye también el aspecto del “Vocabulario”, asociado a la utilización de vocabulario preciso y adecuado, que yo no tuve en cuenta.

Por último, hay cuatro aspectos que yo consideré y que me parece que no están contemplados en la rúbrica de Pablo:

  • Apoyos visuales, asociado al empleo de soportes visuales durante la presentación
  • Tiempo de presentación, vinculado a la correcta administración del tiempo destinado a la misma
  • División de tareas, que evalúa la distribución de tareas al interior del grupo
  • Escucha otras presentaciones, asociado a la capacidad de escuchar e interesarse en las presentaciones de los demás que muestra el grupo.

Creo de que el hecho de que no tuviéramos tan definida la consigna inicial contribuye a generar diferencias entre las rúbricas, ya que cada uno de nosotros, al elaborarla, terminó de configurar la consigna en su mente e imaginó quizás características diferentes (en mi caso, por ejemplo, la existencia de un lapso de tiempo límite para cada exposición o la posibilidad emplear diferentes soportes visuales durante la misma, del estilo de láminas, presentaciones de Power Point, etc.). Las características de la consigna condicionan los criterios de evaluación, al establecer el marco que delimita el desarrollo del trabajo.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Mis criterios de evaluación


Empiezo a escribir y pienso que este posteo necesariamente dialoga con el que escribí hace unas semanas acercade cómo evaluamos en Taller 1. 

Dado que en la materia apelamos a carpetas tipo portfolio y trabajo por proyectos, uno de los principales factores que miramos es el proceso transitado por cada estudiante durante el año, el trabajo que ha logrado hacer en relación a sus dificultades y su conciencia de las operaciones metalingüísticas y metacognitivas que pone en juego al escribir. También valoramos la asistencia a clases, la participación activa (en el ámbito presencial y en los entornos virtuales) y el involucramiento de cada uno a la hora de leer y comentar productivamente los textos de los demás (entendiendo así la capacidad de resaltar fortalezas y debilidades de los textos, de un modo que pueda ayudar y orientar a su autor en la tarea de reescritura).
Por ende, no evaluamos solo los textos entregados, sino todo el proceso que pone en juego el estudiante al escribir y reescribir. En cuanto a los textos en sí, puede resultar orientadora la grilla existente a nivel de la cátedra, elaborada para orientar la edición colaborativa entre pares. No creo que la tabla enumere todo lo que se toma en cuenta al evaluar, sin embargo. Más allá de las cuestiones de superficie, tenemos muy presentes aspectos como la construcción del tono, los recursos expresivos que se ponen en juego (y la posibilidad de innovar y experimentar con ellos), las características enunciativas del texto construido, etc.
Con respecto a los procesos transitados, son muy distintos de estudiante en estudiante, como también lo es la situación inicial de la que parten al comenzar el taller. Por eso, comentaba que nos enfocamos en el trabajo que realiza cada uno durante el año, para mirar su proceso individual  y comparar la situación final a la que ha arribado con su punto de partida. De esta manera, no siempre quienes escriben mejor tienen las mejores calificaciones, porque quizás se han mostrado resistentes a retrabajar los textos o revisar sus áreas de dificultad, y así, sus trabajos se estancan, y/o dan cuenta de una mirada poco crítica de sus procesos de escritura. Y también, en alguna medida, comparamos a los estudiantes entre sí, aunque esto resulta más complejo (en general, tenemos a comparar a aquellos que tienen modos de trabajar o dificultades semejantes).  Por lo tanto, hay mucho de comparación en la evaluación (de los diferentes trabajos de un mismo alumno, y de los de diferentes estudiantes ante la misma consigna).
Quienes coordinamos el taller somos dos: la profesora titular de la comisión y su ayudante. Cada vez que tenemos que definir calificaciones, nos reunimos –previa lectura de los trabajos y escritura de anotaciones al respecto—y hacemos este ejercicio comparativo de modo conjunto: debatimos, armamos tablas con calificaciones para cada estudiante, hasta llegar a la nota final.

Semana 3 - Sintetizando

Aquí nuevamente corriendo para ponerme al día con el curso (inevitable a esta altura del año, lamentablemente)! Estas dos semanas trabajando en torno a evaluación y a los formularios de Google han sido intensas, de mucho trabajo. Por lo que vengo leyendo, creo que a muchos nos han servido para desmitificar una herramienta de evaluación (el cuestionario) que, de modo intuitivo, tendíamos a percibir como poco adecuada, para pensar en las múltiples posibilidades que brinda (como ocurre con la mayoría de las herramientas). La adecuación o no del cuestionario a nuestros fines dependerá, en definitiva, de cuáles sean estos fines (es fundamental empezar por definirlos y explicitarlos), de las preguntas que realicemos (en función de los objetivos planteados) y del uso que le demos a las respuestas.

Respondiendo a los cuestionarios y paseando por los blogs, me encontré con cuestionarios muy distintos, muchos de los cuales me parecieron muy bien diseñados. El ejercicio y el tiempo que demanda su elaboración también nos enfrentan con la complejidad de evaluar (o, al menos, de hacerlo "complejamente" o multidimensionalmente). La evaluación sin duda exige mucha reflexión previa, mucha planificación. Me resultó interesante también la experiencia de testear el cuestionario con algunos estudiantes, creo que es un ejercicio necesario con vistas a su aplicación, para poder mejorarlo. Me quedo pensando que la actividad propuesta por Ebel en "Diseño y construcción de una prueba" , consistente en aplicar el mismo cuestionario varias veces en una misma asignatura y con el mismo grupo de estudiantes, en condiciones diversas y con fines diversos, puede servir para ofrecer una retroalimentación hacia el docente al respecto del cuestionario diseñado. Y, de hecho, que el ejercicio de evaluar críticamente el propio instrumento de evaluación podría ser una actividad iunteresante para los alumnos (¿cuántas veces sentí que la formulación del examen que me tomaban en clase era inadecuada o me limitada a la hora de poner en juego mis conocimientos?). Valdría la pena probar...

*Dejo el link al cuestionario que diseñé, para contextualizar el posteo: https://docs.google.com/forms/d/1_DUvHR9xeP6mC6FrnqDkALX1O5htlmgj5rHxEfHeEG0/edit#

martes, 19 de noviembre de 2013

De resistencias y cuestionarios



Para empezar, debo admitir que la consigna con formularios se me complicó. No tanto por la consigna en sí, sino en parte porque estuve unos días fuera de la ciudad, y al volver me encontré con mucho para hacer (en el curso y fuera de él). Y porque la tarea se me presentó como muy compleja. En primer lugar, por el hecho de que el texto con el que nos tocó trabajar me resultaba un poco alejado de lo que es mi ámbito de trabajo y no me entusiasmaba. Por otro, porque tenía/tengo ciertas resistencias con respecto a los exámenes o ejercicios tipo test, a lo que me parecía que convocaba la consigna y los textos que se propusieron como bibliografía. Principalmente, porque creo que en las ciencias sociales (y más aún en el ámbito de la escritura), son difíciles de aplicar, en la medida en que rara vez hay una única respuesta correcta, a la pregunta que sea. Prefiero las consignas abiertas que invitan a pensar, desarrollar, relacionar. Escribir largo y tendido, en fin, no seleccionar opciones en un papel o responder con una o dos palabras.  A la vez, un buen cuestionario es muy difícil de construir y, el que hice, si bien no me dejo cien por ciento satisfecha, me llevó bastante tiempo. Basta leer los textos para observar la complejidad y variedad de opciones con los que nos enfrentamos al construir un cuestionario. Es una tarea que exige mucha reflexión y también creatividad.

La vuelta que le encontré fue la de pensar en un cuestionario tipo diagnóstico. En mi facultad, algunas asignaturas trabajan con fichas o ejercicios breves (habitualmente, constan de una pregunta) que se responden en clase, en 10 minutos, antes de empezar la clase, como chequeo de lectura y de compresión, y a la vez como puntapié inicial para iniciar la discusión desde interrogantes compartidos. Me imaginé una herramienta de este tipo: un cuestionario que permitiese al estudiante reflexionar sobre su lectura, planteando algunas preguntas que evaluaran comprensión, otras que pusieran en juego la interpretación, y algunos ítems finales disparadores de qué temas profundizar en clase. Creo que este tipo de ejercicio, realizado vía formulario de GoogleDrive, puede ser muy útil, ya que 

a) la herramienta es fácil de usar (tanto para quien crea el formulario como para quien lo responde),
b) permite que los estudiantes autoevalúen su comprensión del texto mientras lo completan y los orienta acerca de los ejes clave a trabajar en la clase, y
c) permite que el profesor llegue a la clase con cierto conocimiento de cuánto se entendió o no del texto. 

También una de las preguntas apuntaba a movilizar la reflexión en cuanto a cuál es el sentido del texto (y, entonces, qué papel juega en el programa, en la materia, etc.) Me refiero al ítem “¿A cuál de los siguientes objetivos crees que responde la sección del texto Recursos naturales, energía, producción compleja y transporte en el mundo posfordista?”.

En mi puesta en escena imaginaria de la clase que seguiría al uso de este cuestionario, imagino repasar las preguntas en conjunto y debatir en torno a las respuestas correctas, empleando el ejercicio como disparador para el abordaje del texto. Si bien yo imaginé/preví una(s) respuesta(s) correcta(s) para cada ítem, éstas a veces coincidieron con la que mis colegas/alumnos respondieron, y otras, no. Entiendo que los textos (y las propias consignas) están sujetos a más de una interpretación y que, sobre todo en las últimas preguntas, más de una respuesta puede resultar correcta si es adecuadamente fundamentada. Desde este lugar, podría armarse un debate interesante en la clase, y un poco a eso apuntaba cuando las formulé (agradezco a los colegas/alumnos por responder!)

Este uso del cuestionario me parece viable en las ciencias de la comunicación. No utilizaría preguntas tipo multiple choice en un examen parcial. 

A la vez, me encontré con gratas sorpresas respondiendo los cuestionarios ajenos: ideas creativas, movilizantes, que establecían puentes interesantes entre el texto sobre los recursos naturales y la problemática de evaluación, planteaban preguntas desafiantes (por ejemplo, a través del uso de casos), que invitaban a reflexionar. Me gustaron, me hicieron pensaron en nuevas/diferentes posibilidades para el uso de la herramienta, quizás más amenas y atractivas que las preguntas que planteé yo en mi formulario. Sin embargo, me quedo con interrogante de si, en algunos casos, estos cuestionarios se debilitaban al no dejar demasiado en claro en qué contexto y con qué finalidad se evaluaba. En última instancia, creo que estos parámetros son los que definen a un ejercicio de evaluación como productivo o no. También entiendo que quizás, en el contexto de una consigna de este tipo, requiere de cierto esfuerzo de imaginación pensar un contexto para la actividad, y puede resultar forzado o artificial.

En síntesis, la actividad me resultó compleja, quizás no muy grata, pero productiva.

*Dejo el link al cuestionario que diseñé, para contextualizar el posteo: https://docs.google.com/forms/d/1_DUvHR9xeP6mC6FrnqDkALX1O5htlmgj5rHxEfHeEG0/edit# 

martes, 12 de noviembre de 2013

Sobre mis prácticas de evaluación


Dado que me desempeño en un taller anual de escritura, con foco en la práctica, la evaluación que realizamos se centra en el proceso transitado por los estudiantes durante el año de cursada. 

Las instancias formales de evaluación  (con calificación numérica) contemplan:
  • dos entregas de carpetas de trabajo (a mitad y a fin de año), que compilan la totalidad de trabajos entregados con sus correspondientes revisiones y reescrituras;
  • dos proyectos (uno narrativo y uno ensayístico), que contemplan un proceso prolongado de investigación y elaboración, entregas parciales, y la entrega de un documento escrito que dé cuenta de todo el trayecto de elaboración (por qué se optó por el tema elegido, aciertos, dificultades, desafíos y estrategias en el proceso de escritura, etc.); y
  • dos parciales a libro abierto, basados en el análisis e interpretación de un texto narrativo y otro ensayístico (primer y segundo cuatrimestre, respectivamente), articulando los contenidos vistos en las clases teóricas y la reflexión personal.
Además, de manera informal, se contemplan otras instancias de evaluación:

  • La escritura de textos de reflexión/autoevaluación acerca del propio proceso de aprendizaje, que sinteticen y evalúen el recorrido realizado hasta ese momento en la asignatura.  Suelen realizarse en clase, durante los días de entrega de la carpeta o tras realizar alguna actividad especial en el marco del taller. 
  • La escritura de comentarios apreciativos a pares, en el marco de tareas de evaluación colaborativa.
Cada clase los estudiantes entregan trabajos, que son comentados tanto por  los coordinadores del taller como por sus compañeros, de manera presencial (durante la clase) y/o virtual (vía GoogleDrive). Estos comentarios apuntan a orientar la revisión y reescritura del texto, pero no implican una calificación. 

Se solicita a los estudiantes que todos los escritos generados en el marco de tareas de autoevaluación y evaluación entre pares sean incluidos en la entrega de carpeta, para compilarlos y tenerlos en cuenta a la hora de calificar.

En síntesis, el tipo de evaluación que implementamos en taller busca poner en primer plano el proceso transitado por los estudiantes en el taller, considerando que no todos llegan al aula con las mismas fortalezas y dificultades a la hora de escribir. Por ese motivo, se considera el progreso que cada alumno hace durante el año y el empeño que pone en el trabajo. A la vez, nos interesa que quienes pasan por el taller puedan desplegar operaciones metacognitivas y metalingüísticas, que les permitan reflexionar sobre su aprendizaje y sobre sus procesos de escritura, desarrollando su capacidad de evaluar y editar críticamente sus propios trabajos. Desde la taxonomía revisada de Bloom (Churches,2009), podríamos plantear que los procesos principales que se contemplan al evaluar son crear (textos mediante la escritura) y analizar/evaluar (textos propios, de otros compañeros, de los autores abordados en la materia).

*A modo de referencia, adjunto algunos ejemplos de las narraciones/reflexiones sobre el propio proceso de escritura que integran la entrega de los proyectos narrativo y ensayístico (los estudiantes suelen compilarlas vía blog o, durante las últimas cursadas, GoogleDrive, pero también se solicita su entrega impresa junto con el proyecto):

 

domingo, 3 de noviembre de 2013

Qué aprendí del Módulo 1



Para empezar, quiero destacar que desde que me inscribí, la propuesta de este curso me resultó muy interesante. La temática de la evaluación, especialmente (pero no solo) en los entornos virtuales me despierta inquietudes e interrogantes. En Taller de Expresión 1, nos sucede que, en los prácticos, desarrollamos una modalidad de evaluación centrada en los procesos que transitan los estudiantes, a partir de la conformación de carpetas de trabajos, reescrituras y tareas por proyecto, pero esta dinámica de trabajo contrasta y choca un poco con lo que ocurre en el ámbito de teóricos, con modalidad de clase magistral y parciales presenciales más tradicionales. 

La bibliografía del módulo me gustó, comparto muchas de las perspectivas de los autores y comparto su mirada crítica. Por ejemplo, en Barberà hay una reflexión acerca de la multidimensionalidad de la evaluación (del aprendizaje, para el aprendizaje, como aprendizaje, desde el aprendizaje), que es interesante para pensar cuándo puede dejar a los estudiantes y a los docentes el pasar por una instancia de evaluación, más allá de una nota y de la acreditación formal de una materia. Creo que es fundamental pensar en modalidades de evaluación que sean experiencias de aprendizaje constructivas por sí mismas.

Me interesó también la idea de Barberà de cerrar el diálogo evaluativo, permitiendo que los estudiantes hagan una devolución acerca del feedback y correcciones que recibieron en sus trabajos y exámenes (y es verdad que existen muchos casos en los que los estudiantes no encuentran más comentarios en sus trabajos que una nota, sin poder identificar a qué se debe esa calificación).  Y me sentí muy identificada con el quinto enfoque para abordar la evaluación desde las TIC  que propone Lipsman (donde se usa la tecnología para transparentar los procesos cognitivos de los estudiantes), creo que se identifica con lo que nosotros hacemos en taller, buscando visibilizar un recorrido y un proceso de aprendizaje y pidiendo sistemáticamente que los estudiantes reflexionen sobre ese trayecto. Creo que hay una tensión entre estas modalidades de evaluación más innovadoras y centradas en el estudiante y los requerimientos institucionales para certificar la aprobación de una asignatura, que instituyen la necesidad del examen parcial, de la calificación. Parecería que la asignatura seria, rigurosa, es la que introduce este tipo de instancias formales de evaluación, generando el tipo de tensiones que encontramos nosotros en el taller, donde la modalidad de trabajo de las clases y la propuesta pedagógica de la materia se contradicen con ciertas propuestas evaluativas.

sábado, 2 de noviembre de 2013

5 preguntas

Buen día! En el marco de la actividad 1 de La inclusión de las TIC en el diseño de propuestas de evaluación, aquí van mis 5 preguntas sobre la bibliografía de esta semana:

1. Enunciado: ¿Cómo cerrar el diálogo evaluativo entre profesores y estudiantes? De qué modos se puede comprobar el provecho que obtienen los estudiantes del feedback que reciben de sus profesores?  

Justificación: Barberà destaca la importancia de cerrar el diálogo de completar el sistema evaluativo incluyendo las respuestas del alumno al profesor antes las correcciones/devoluciones que recibe. Me pregunto: ¿de qué modos lo hacemos en las clases (si es que lo hacemos) o cómo imaginamos que podríamos incorporar este nivel?

Referencias: 
Barberà, E. (2006, Julio). Aportaciones de la tecnología a la e-Evaluación. RED. Revista de Educación a Distancia, número. Consultado (día/mes/año) 2006, en http://www.um.es/ead/red/M6


2. Enunciado: ¿Cómo evaluar la calidad de las interacciones que realizan los estudiantes en línea?

 Justificación: Barberà señala que la participación de los estudiantes en entornos virtuales suele medirse por la cantidad de posteos que realizan, pero no la calidad de esas interacciones (¿cómo son? ¿retoman otros posteos?). ¿De qué modos y con qué criterios podemos medir la calidad de esas interacciones cuándo trabajamos con entornos virtuales?

Referencias: 
Barberà, E. (2006, Julio). Aportaciones de la tecnología a la e-Evaluación. RED. Revista de Educación a Distancia, número. Consultado (día/mes/año) 2006, en http://www.um.es/ead/red/M6


3. Enunciado:¿Cuál(es) de los 5 enfoques de evaluación mediada por las nuevas TIC que propone Lipsman empleamos en nuestras clases? ¿Podemos visibilizar sus fortalezas y debilidades desde nuestras experiencias?

Justificación:  La idea de esta pregunta es vincular las apreciaciones que hace la autora a nuestras experiencias y encontrar coincidencias o diferencias con lo propuesto por el texto.

Referencias: 
LIPSMAN, M. (2008) Actas del I Foro Internacional de Educación Superior en Entornos Virtuales.http://campuscitep.rec.uba.ar/pluginfile.php/124290/mod_resource/content/1/LIPSMAN%2C%20M.%20%282008%29%20Actas%20del%20I%20Foro%20Internacional%20de%20Educaci%C3%B3n%20Superior%20en%20Entornos%20Virtuales.pdf.pdf


4. Enunciado: ¿Qué vínculos y contrastes encontramos entre la noción de evaluación responsable que propone Brown y la de evaluación pública planteada por Lipsman?

Justificación:   Los textos de Brown y Lipsman cierran haciendo referencia al modelo de evaluación al que creen que deberíamos aspirar, denominado responsable, en el primer caso, y público, en el segundo. La idea es pensar semejanzas y diferencias entre sus propuestas.

Referencias: 
LIPSMAN, M. (2008) Actas del I Foro Internacional de Educación Superior en Entornos Virtuales.http://campuscitep.rec.uba.ar/pluginfile.php/124290/mod_resource/content/1/LIPSMAN%2C%20M.%20%282008%29%20Actas%20del%20I%20Foro%20Internacional%20de%20Educaci%C3%B3n%20Superior%20en%20Entornos%20Virtuales.pdf.pdf
BROWN G. (2002) “El aprendizaje y la red reflexiones sobre la evaluación" Tomado de Hanna D. ( ) “La enseñanza universitaria en la era digital. Editorial Octaedro.


5. Enunciado: Lipsman cita a Burbules y Callister: "La tecnología no resuelve ningún problema sin crear otro nuevo". En el caso de hayamos introducido TIC en nuestras clases, ¿qué problemas ha resuelto y cuáles otros ha creado en relación a la evaluación?

 Justificación: La cita me parece interesante porque deja de lado ideas deterministas, planteando que las TIC no solucionan todos los problemas, sino que crean nuevas condiciones de trabajo, con nuevos desafíos.


Referencias: 
LIPSMAN, M. (2008) Actas del I Foro Internacional de Educación Superior en Entornos Virtuales.http://campuscitep.rec.uba.ar/pluginfile.php/124290/mod_resource/content/1/LIPSMAN%2C%20M.%20%282008%29%20Actas%20del%20I%20Foro%20Internacional%20de%20Educaci%C3%B3n%20Superior%20en%20Entornos%20Virtuales.pdf.pdf