lunes, 2 de diciembre de 2013

¡Hola, portfolios!

Encontrarme nuevamente con los portfolios en este curso no fue una sorpresa. Ya habíamos hablado de ellos en otros cursos del CITEP (el de ambientes personalizados de aprendizaje —PLE— y el de entornos virtuales de aprendizaje - parte 2, si es que no me estoy olvidando de algún otro, donde de hecho armamos un pequeño portfolio a través de una wiki en Moodle, si es que no me estoy olvidando de algún otro curso). Y, también, la herramienta me es familiar porque las carpetas que pedimos que los estudiantes entreguen en el taller dos veces por año son portfolios, en versión papel.

¿Entonces, qué es un portfolio, en términos educativos y evaluativos? Báscamente, una selección de trabajos que un estudiante realiza y compila, acompañándolas de una justificación y reflexión acerca de su elección —en taller nosotros trabajamos con índices comentados, en los que cada alumno acompaña el índice de su carpeta con reflexiones y explica por qué eligió ese determinado ordenamiento para presentar sus trabajos—, con el doble propósito de permitir que el estudiante se autoevalúe y tome conciencia de sus procesos de aprendizaje, a la vez que el docente hace un seguimiento de este proceso. Los criterios que orienten la selección realizada —indican Anijovich, Malbergier y Sigal— van a variar de acuerdo al objetivo que tenga el portfolio, al tipo de portfolio y al eje organizador elegido y aquí me parece que está lo rico de la herramienta: la posibilidad de hacer recortes, de elegir diferentes lentes a través del cual mirar el camino recorrido. Sobre todo, la opción de darle al estudiante la posibilidad de hacer esa elección.

En cuanto a los pasos a la hora de armar un portfolio, me gustó y me pareció muy clara la descripción que hacen Barberà et al:

"...podemos considerar que la estructura común de un portfolio electrónico formativo está caracterizada por tres fases complementarias y no necesariamente sucesivas: una primera, que es la presentación y el índice de portfolio electrónico; la segunda, que engloba la recogida, selección, reflexión y publicación de diferentes tipos de evidencias que ponen de manifiesto el aprendizaje del estudiante, y la tercera dimensión, no menos importante, es la de valoración general del portfolio electrónico."

Revisar los trabajos producidos (el portfolio obliga a volver a mirar, a releer, a repasar el camino recorrido), elegir, ordenar, construir un índice y publicar, dando cuenta de las reflexiones, del porqué de la elección y del ordenamiento.

Cuando un portfolio además es electrónico, se suman algunas posibilidades extra. Pienso, por ejemplo, en recorridos hipertextuales, en la posibilidad de trabajar con diferentes lenguajes (música, videos, imágenes).

Con estos pensamientos un poquito más ordenados, ahora sí, a construir mi portfolio!


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